Los elementos, denominados Stolpersteine , piedras que hacen tropezar con el holocausto, la memoria histórica y el reconocimiento que lleva implícito. Es una idea del artista alemán Günter Demnig, quien alumbró esta iniciativa con el objetivo de homenajear a sus compatriotas asesinados por la barbarie nazi.
Desde 1997, año en el que se instaló la primera piedra en el barrio berlinés de Kreuzberg, se han colocado más de 80.000 adoquines en 23 países europeos y América, lo que ha convertido a estas piedras en el memorial más extenso del mundo.
A España la iniciativa llegó en 2015 y ya hay más de 500 adoquines instalados y, desde el mes de octubre de 2021, lucen dos adoquines dorados en la acera del último domicilio donde habitaron los dos vecinos del Real Sitio de San Ildefonso que fueron deportados al campo de concentración nazi de Mauthausen: Pedro Carrillo Pérez, en la calle Infantes y Andrés Velasco Moreno, en calle Ría Alta. En total fueron 28 los segovianos que terminaron en este fatal destino tras exiliarse en Francia como consecuencia del golpe de estado contra el Gobierno de la República y la Guerra Civil. De este modo, el Real Sitio de San Ildefonso se suma a ese memorial.
Cerca de 9.000 españoles fueron deportados a campos nazis desde Francia entre 1940 y 1944 y de ellos, 5.258 no lograron salir con vida.
